La ansiedad anticipatoria es un sentimiento tan común que probablemente ha acompañado a todas las personas en al menos una ocasión. Suele presentarse en aquellas situaciones de estrés o peligro donde es necesario que el cuerpo esté lo bastante activo como para enfrentar las circunstancias.
Por ejemplo, en una situación en la que es necesario huir de un animal peligroso, el cuerpo sabe que debe estar activo para garantizar su supervivencia, por lo que los reflejos, sentidos y músculos deben trabajar mejor que en circunstancias normales. En estas casas la ansiedad puede ser beneficiosa.
No es necesario mencionar solo ejemplos fuera de lo común, pues situaciones más mundanas como esquivar un coche que nos pone en peligro también requieren que el cuerpo responda de la misma forma. Como es necesario actuar lo más pronto posible ante el peligro, la mente humana es capaz de “anticiparlo”.
Esta habilidad resulta útil en muchas situaciones fisiológicos que impulsa. No obstante, a veces se puede convertir en un problema patológico que puede empeorar nuestra calidad de vida.