Destaca la situación en la que se encontró la propia autora: en una fiesta, un hombre le estuvo hablando largo rato a Solnit sobre un libro que había tenido excelentes críticas. A medida que avanzaba el monólogo del señor, Solnit no pudo decirle que conocía bien la obra, puesto que ella misma era la autora. Además, finalmente Solnit descubrió que el hombre ni siquiera había leído el libro. Simplemente estaba reproduciendo la reseña y la crítica que había leído en el periódico.
Solnit ejemplifica así el mansplaining: cuando un hombre explica algo a una mujer que justamente es experta en el tema. Y denuncia cómo la sociedad patriarcal permite a los hombres creer que, de cualquier cosa, saben más que las mujeres. E intentan imponer una autoridad que no se merecen.
“Los hombres me explican cosas” provocó gran revuelo entre diversos sectores femeninos dentro de las comunidades científicas y académicas. El impacto mediático del término fue lo bastante grande como para que la palabra mansplaining fuera incluida en el diccionario de la lengua inglesa tan sólo un año después de la publicación.
Cabe destacar que debido a la gran polémica que suscitó, Solnit expresó que esta actitud no era completamente exclusiva del género masculino. Además, mencionó que no todos los hombres presentaban características ignorantes, condescendientes y arrogantes.